Cambiarse de casa hace mucha ilusión, pero también hay que enfrentar ciertos problemas (tramites, permisos, el embalaje, la ropa, la vajilla, los juguetes, notificaciones de cambios de domicilio, etc.) Una mudanza sin organización puede ser caótica y llena de imprevistos terminando exhausta y con los nervios alterados. Sí planifica de antemano con una correcta organización y coordinación, estará relajada y soñando con su futuro en la nueva vivienda.

1º) Qué llevar a la casa nueva:
En función al nuevo hogar hay que elegir los muebles que se llevaran y cuales quedaran en la vieja casa con el nuevo propietario o se destinaran a alguien que los necesite. No olvide verificar si las dimensiones de los electrodomésticos (lavadora, nevera, etc.) se adaptan en la casa nueva. Las habitaciones cada vez las hacen más pequeñas, tome las medidas para saber si le caben ambas mesillas después de colocar la cama. Luego, al llegar a casa comience a seleccionar la ropa, cosa innecesarias y todo lo que no quiere más. Así no llevará a la casa nueva, cosas que no le interesa conservar. Otra opción es vender los muebles que no le interesan y sacar algún dinerito.